“Ahora el equipo ya no me necesita.”
Esa frase resume uno de los mayores logros alcanzados por los empresarios que participaron en nuestro Círculo de Productividad en Valparaíso, liderado junto a la Cámara Chilena de la Construcción. Un espacio que nació con el propósito de transformar la forma en que las pymes del sector gestionan sus procesos, comparten experiencias entre pares y avanzan hacia una productividad sostenible.
Este círculo fue un desafío desde el primer día: diseñar e implementar un proyecto de mejora en productividad no es un camino fácil. Algunas empresas quedaron en el camino, porque requiere dedicación, horas de trabajo y la capacidad de salir de la lógica de mera supervivencia. Esa fue una de las lecciones más importantes: mejorar la productividad demanda un compromiso real y un liderazgo decidido para romper inercias.
A quienes avanzaron, los resultados los acompañan:
El proceso no solo fue técnico, también fue profundamente adaptativo. En cada sesión, quedó claro que para mover la aguja en productividad era necesario desarrollar habilidades blandas en paralelo a los cambios operativos:
¿Dónde se movió la aguja? El Scanner de Productividad (el cual medimos antes y después del programa) muestra avances contundentes:
En promedio, todas las empresas mejoraron sus ámbitos entre 8 y 49 puntos, demostrando que el trabajo constante y el seguimiento son claves para avanzar.
La productividad en Chile lleva 15 años estancada. Para cambiar esta tendencia necesitamos destinar tiempo, método y disciplina. Este Círculo de Productividad nos demuestra que, con acompañamiento, visión compartida y un compromiso real de los líderes, es posible salir de la lógica de supervivencia y construir empresas más eficientes y competitivas.
En un contexto desafiante, avanzar no es opcional: es necesario.