La historia de David Seelmann: Cómo enfrentar una quiebra y ayudar a otros a salir de ella – Fundación Emprender

La historia de David Seelmann: Cómo enfrentar una quiebra y ayudar a otros a salir de ella

¿Como un empresario exitoso, capaz de conquistar a las agencias de turismo en Alemania de un día para otro se ve forzado a cambiar de rumbo sin tener la claridad de cómo salir adelante tras de una crisis financiera? ¿Y cómo después de esto, decide ir en ayuda de emprendedores que como él lo perdieron todo?

David Seelmann admite que siempre quiso ser empresario. No sabe por qué, pero el “bichito” de crear negocios propios es algo que daba vueltas en su cabeza mientras se desempeñaba como asesor técnico en una prestigiosa empresa automotriz. Con una sólida formación en Alemania, el año 1995 creó una empresa de arriendo de automóviles que tuvo un crecimiento que jamás imaginó alcanzar.

Con una flota de 200 vehículos y un negocio que le entregaba satisfacción económica y personal la pandemia lo obligó a cerrar su empresa y enfrentar el duro camino de la quiebra, volcando sus esfuerzos en recuperar los automóviles que arrendaba y que quedaron abandonados en distintas ciudades de Chile y Argentina.

Un momento de alta tensión en su vida. Una crisis que remeció su círculo más íntimo. “Me falla todo, el matrimonio, el estado anímico, me enfermo. Empiezo a escuchar la primera vez Aquí hay que hacer algo, todavía inconsciente.  Hago un proceso muy doloroso. Cambió mi personalidad, cambió mi carácter. Ya no era una incertidumbre que tenía como empresario sino, una incertidumbre de la vida que era mucho más potente”, relata Seelmann.

Su historia es la de muchos emprendedores que alcanzan el cielo con las manos pero que de un momento a otro ven por el suelo su pirámide de cifras azules que con tanto esfuerzo lograron construir.

“Son tantas las variables que debes manejar en una situación así, y en donde muchas de ellas son de índole personal y familiar, que es imposible no estar enfrentado a un estrés emocional. Y en ese escenario, debes ser capaz de tomar decisiones racionales, bien calculadas, como, por ejemplo, saber aceptar rápidamente las pérdidas para enfocarte en lo que sí puedes salvar”, agrega.

Nunca solo

No le gusta la palabra “Quiebra” prefiere hablar más bien de un cierre de negocio y es que aún recuerda lo doloroso que fue este proceso, pero del que se levantó de las cenizas cual Ave Fénix para demostrar que las derrotas no se enfrentan solas. “Mi mayor aprendizaje es que no se sale adelante de una crisis solo. Tener la visión de cuando hay que reestructurar o hay que cerrar es súper difícil. No hay que tener vergüenza, tampoco admitir que la quiebra es un fracaso”, señala este mecánico automotriz y administrador de empresas.

“Yo tuve la fortuna de contar con ese acompañamiento, y por eso mismo, quiero transmitir a otros todo lo que aprendí”, señala.

Hoy quiere contar su experiencia a otros empresarios que han atravesado el llamado valle de la muerte a través de una metodología que prefiere no etiquetar bajo el rótulo de coach empresarial. Una fórmula que está inspirada en su paso por la Fundación Emprender hasta donde llegó como socio de la Cámara Chileno Alemana. Fue allí donde conoció el trabajo de los directorios colaborativos y su dinámica de establecer confianzas y aprender a escucharse el uno al otro.

“Esta dinámica que se daba una vez al mes en los almuerzos, de hablar no solo como empresarios sino como seres humanos con invitados que nosotros mismos elegíamos para ayudarnos, fue para mí muy exitoso. Creo que esta es una oportunidad que debería tener todo empresario”, afirma.

Su argumento se basa en que está convencido que ser empresario tiene la gran desventaja de que “tú no sabes lo qué pasará mañana. ni siquiera sabes lo que va a pasar en 30 días”. Es la soledad del empresario, el no tener gerencias, directores y no ver tu empresa desde afuera.

De ahí que su motivación sea este 2023 ayudar a enfrentar de manera integral crisis que le son conocidas, caminos que ha debido sortear y recorrer, historias de éxitos y fracasos. Para ello se encuentra trabajando en la conformación de una consultora que le permita “acompañar al empresario” creando las confianzas necesarias para hacer frente a las diversas problemáticas que afectan a quienes como él decidieron emprender.

 “Siento que puedo colaborar con los empresarios que no lo están pasando bien porque la única forma que tengo es hablar desde mi propia historia. Tuve más de 200 autos en algún minuto, conquisté las agencias de turismo en Alemania y pude colocar mi producto. La gente podía recorrer Chile de una punta a otra. El éxito empresarial lo tuve, así lo sentí y por eso quiero acompañar, tener una mirada de la empresa y ayudar al empresario a que tome la mejor decisión”, concluye David.